lunes, 22 de marzo de 2010

Traición Justificada.

Mi abuelo nació en 1938, cerca ya del final de la guerra. Criado en Baeza por su padre, ya que su madre murió durante su parto. Vivió con dificulta estos últimos años de los que recuerda que la gente se alimentaba gracias a los razonamientos por cartillas que se daban en los pueblos y ciudades, a los ladrones de pie en frente de los cafés y en las plazas mientras les afeitaban las cabezas para que la gente se burlase de ellos y la marcha de amigos por falta de trabajo y/o por propios ideales.
A pocas semanas de la rendición de los llamados “rojos”, el padre de mi abuelo decidió, pasarse al bando contrario y reprimir sus ideales, simplemente, por proteger a su propio hijo y así mismo.

Tras el fin de la guerra, mi abuelo pudo ver, con cierto agrado, como España remontaba y el nivel de vida volvía a ser normal. Con 10-11 años, mi abuelo iba todas las tardes al frente juventud (falange), la cual era una organización juvenil franquista.

Hoy día, mi abuelo no sigue siendo estricto seguidor de Franco, pero de vez encunando suelta el típico comentario de: “Ojala Franco levantara cabeza”

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